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Estados y empresas en la búsqueda de la hegemonia económica mundial (página 2)



Partes: 1, 2

Ahora bien, los elementos centrales sobre los que se sustenta
la hegemonía económica[4] de una
nación
conciernen al grado de desarrollo de
sus fuerzas productivas, a la solidez e integralidad de su
proceso de
acumulación y a su capacidad innovativa generadora de
nuevas y superiores formas de apropiación de la naturaleza.
Concretamente proponemos dos, como los elementos definitorios de
la hegemonía económica: la ubicación en la
división internacional y nacional del trabajo y su
dimensión específica, por un lado, y la capacidad
generadora o sintetizadora de los conocimientos
científicos y tecnológicos, por el otro.

3. División del
trabajo y
producción estratégica

En torno a la
división del trabajo hay dos maneras posibles de
aproximarse sea que el énfasis se coloque en el producto o en
el proceso. La primera identifica dos tipos de productos
esenciales: los medios de
producción y los medios de subsistencia, con base en los
cuales se desarrolla toda la complejidad y sofisticación
capitalista. La estructura de
la producción bifurcada en las famosas ramas I y II tiene
una estructura jerárquica que va reproduciendo, en los
distintos niveles, la subordinación fundante del trabajo
vivo bajo el capital o
trabajo objetivado. Así, los medios de producción
subordinan a los de subsistencia, los robots a los telares, etc.
De acuerdo con estos criterios de predominancia o esencialidad
pueden ser identificadas, dentro del frondoso y diversificado
espectro productivo, las áreas imprescindibles,
definitorias y dinamizadoras de la estructura global.

De la misma manera, siguiendo los momentos en que se subdivide
el proceso de producción, es decir, trasladando la
imagen del
sistema de
máquinas en el taller hacia la sociedad en su
conjunto, tenemos que los espacios esenciales corresponden a la
máquina motor o sector
energético en el caso de la sociedad; al mecanismo de
transmisión o transportes y comunicaciones; y a la máquina herramienta
o conjunto de medios de transformación de la naturaleza.
En cuanto a la transformación del objeto en
mercancía, esto es, desde el recurso natural o la materia prima
hasta el mercado, el
proceso se realiza mediante una combinación de los tres
momentos mencionados y de su contenido específico.

Sin embargo, el espectro de producción capitalista se
extiende por todos los rincones sin importar qué tan
esenciales sean para la reproducción social en su conjunto, siempre
que proporcionen una ganancia adecuada. El capital
individualmente puede valorizarse en cualquier rama y cualquier
campo de la producción pero la sociedad no se reproduce
igual desde cualquiera de ellos. Su reproducción, como
sociedad capitalista, requiere fundamentalmente de la recreación
permanente de sus premisas. La reproducción de fuerzas
productivas mediante su objetivación en medios de
producción y la reproducción de la capacidad viva y
renovada de trabajo son así los pilares sobre los que se
sustenta toda la reproducción social.

Una vez que empezamos a mover el análisis hacia un terreno más
concreto, es
necesario desagregar los medios de producción en
transformadores y vinculadores, lo que
correspondería a identificar el desarrollo de las fuerzas
productivas en el área propiamente de las máquinas
herramienta y de las telecomunicaciones. Asimismo, la capacidad y
energía de trabajo tiene una parte originalmente inanimada
que reduce los requerimientos de energía viva en el campo
del movimiento o
impulso general del proceso de producción, que
además para las escalas actuales sólo es posible
mediante la aplicación de enormes volúmenes con
regularidad controlada, para concentrarlos mayormente en el
desempeño de sus cualidades intelectuales
y de la destreza manual o mental
irremplazable por la máquina.

Es así como delimitamos los elementos o productos
estratégicos sobre los cuales se levanta la
reproducción material global de la sociedad. En primer
lugar, y atendiendo a la preeminencia social del capital sobre
el trabajo
vivo[5], el espacio estratégico fundamental
para el capital está constituído por la
producción de tecnología de punta,
correspondiente a los campos de transformación y comunicación que hemos mencionado y capaz
de determinar el rumbo y ritmo del proceso global de
producción. Es decir, la tecnología que transforma
al proceso de trabajo mismo y al proceso de producción en
su conjunto.

El segundo espacio estratégico lo forman los
energéticos y materias primas que sustentan el desarrollo
de la tecnología de punta en el área de medios de
producción. El tercero comprende los medios de
subsistencia básicos y la conformación efectiva del
ejército internacional de reserva,  articulado a la
dinámica de producción del espacio
hegemónico en términos de movilidad y de calidad.

3. a. Producción de tecnología de
punta.

La competencia
capitalista y la enajenación no sólo del trabajo sino
de la capacidad de trabajo conducen a una búsqueda
incesante por generar ventajas tecnológicas que permitan
abatir costos de
producción y, plusvalor extraordinario mediante,
aumentar las ganancias percibidas y automatizar los procesos de
trabajo distanciando al trabajador directo del objeto a
transformar y, con ello, del control o
injerencia sobre la producción.

Así, el desarrollo de la ciencia y
la tecnología se concentra no en la solución de las
necesidades sociales en abstracto, sino en las que impone el
proceso de valorización. Dentro de éstas, el
núcleo lo constituyen, además de las relacionadas
con la defensa del territorio como espacio de desarrollo de las
fuerzas productivas, las generadoras de la automatización y las referidas al
abaratamiento de costos de la
producción.

En referencia a la generación de tecnologías
para la automatización del proceso de trabajo, es la
microelectrónica la que ha efectuado el cambio
fundamental de los últimos 25 años aunque, en
rigor, en los últimos 5 es la informática la que ha tomado nuevamente la
vanguardia[6]. Las posibilidades de una y otra se
desarrollan conjunta y alternativamente y ninguna puede
prescindir de la otra, al menos en el presente[7].
De hecho, no es sino recientemente cuando han empezado a
evolucionar como campos diferenciados, y en buena medida por
razones de equipo, montos de inversión y flexibilización de los
procesos de trabajo respectivos[8].

Ahora bien, dentro de la tecnología
electroinformática los elementos determinantes son el
microprocesador o
cerebro de
la computadora
y la memoria. El
microprocesador contiene las instrucciones de funcionamiento
plasmadas objetivamente en el diseño
de sus circuitos,
pero es incapaz de funcionar sin el apoyo de una memoria o
almacén
de datos que deben
ser utilizados en el funcionamiento básico de la computadora.
Como el problema que nos ocupa concierne a la supremacía
mundial y en este nivel de concreción ésta se
procesa a través del liderazgo de
los diferentes capitales, marcaremos en cada caso la
situación de competencia a través de la
posición de las empresas. Mucho
se ha hablado de la superioridad de Japón
en el campo de la microelectrónica y con razón.
Esta es una de las ramas en que las empresas japonesas han
logrado avances considerables, rebasando en algunos aspectos a
Estados Unidos
o Europa. En la
producción de memorias,
medular como ya señalábamos, el liderazgo lo tiene
Toshiba, pero Intel es número uno en microprocesadores. ¿Cuál es
más importante? Ninguno o los dos, al punto que
después de varios años de competencia furibunda,
últimamente se han establecido convenios o alianzas
estratégicas entre empresas estadounidenses y japonesas
para establecer un intercambio tecnológico indispensable
para ambas.

La importancia de esta tecnología, sin embargo, no
puede ser analizada sólo en virtud de sus cualidades
intrínsecas sino, principalmente, de sus aplicaciones
concretas. En este terreno nuevamente existen posibilidades de
diferenciación a partir del producto. En las
tecnologías de aplicación programable (TAP) se
expresan las dos ramas de la electroinformática bajo la
imagen de hardware y software o CAM
CAD[9], de manera que identificaremos cada una de
ellas y marcaremos su importancia relativa. En el caso del CAM,
los sistemas
programables son principalmente tres: robots, máquinas
herramienta de control numérico y sistemas de manufactura
flexible, siguiendo su orden de complejidad.

El robot, que es sin duda la máquina herramienta
más perfeccionada que se conoce, ha sido uno de los campos
de especialización de las empresas japonesas, con
Matsushita a la cabeza, y las máquinas herramienta de
control numérico, que tradicionalmente eran un área
de los europeos, ahora son producidas en un 75 % por
Japón. El caso de los sistemas de manufactura flexible es
mucho más difícil de determinar porque su
producción consiste en una integración de máquinas de control
numérico, software y en ocasiones robots para fines
específicos, es decir, es una producción sobre
pedido en la que, muchas veces, coincide el usuario con el
productor. Lo fundamental en los SMF, lo que permite
diferenciarlos del resto, es la tecnología blanda.

En el caso de los equipos de telecomunicaciones existen dos
alternativas fundamentales para la
comunicación combinada de diferentes tipos de datos:
el satélite y las fibras ópticas. Por el momento se
encuentran sometidas a una cierta división del trabajo y
sus ventajas y límites
son diferentes, de manera que resultan complementarias. Lo que
sí es seguro es que no
hay otra vía de comunicación a grandes distancias
tan rápida, versátil y confiable como estas dos.
Con respecto al satélite, dos son los procesos
determinantes: la fabricación del satélite y su
colocación en el espacio; con respecto a las fibras
ópticas la importancia estriba en la producción de
la fibra y en la fabricación de los
codificadores-decodificadores. Los principales productores de
fibras ópticas en el mundo son AT&T y
Siecor[10], aunque los japoneses han desarrollado
métodos de
fabricación alternativos que parecen prometedores. Los
aparatos de codificación son producidos por AT&T y
los satélites
por Hughes Aircraft, Ford Aerospace y RCA-GE, todas
estadounidenses. Una situación similar se presenta en la
tecnología para la colocación de satélites
en órbita, donde todavía predomina la NASA.

El carácter del área de
telecomunicaciones, estratégico porque constituye el
enlace necesario del proceso de reproducción del capital,
pero también por su importancia en el campo militar o
incluso en el de la vida cotidiana, permite la confluencia del
estado y los
capitales privados. En esta rama se muestra la manera
como el estado, a
partir del reconocimiento de las actividades esenciales para el
control global de la reproducción, compromete a la
sociedad en su conjunto en el desarrollo de la tecnología
correspondiente.

Sin embargo, todos estos equipos requieren para funcionar de
las llamadas tecnologías blandas o software. Actualmente,
en que el equipo ha logrado grandes adelantos, se encuentra en el
área del software la posibilidad de aumentar su
versatilidad. El perfeccionamiento y complejización de los
programas es
lo que está permitiendo una mayor automatización al
conseguir integrar las diferentes fases de los procesos de
trabajo, o los procesos de trabajo dispersos
geográficamente, o la producción con el mercado,
etc. Dentro de la producción los simuladores se han
convertido en una pieza clave para el diseño de nuevos
productos con cero errores, en los que se puede corregir,
modificar, desechar aun antes de producir la mercancía,
eliminando al máximo posible los costos por
producción defectuosa. Asimismo, el mejor aprovechamiento
de los materiales, el
control de
inventarios y hasta la revisión interna de la
maquinaria para detectar piezas gastadas es campo de desarrollo
del software.

El del software es un terreno casi completamente abierto en la
actualidad. Empresas medianas y pequeñas han podido
introducirse con excelentes desempeños y sus
potencialidades no pueden acotarse todavía. La meta es sin
duda avanzar hacia la inteligencia
artificial en donde el procesamiento en paralelo es uno de
los mayores logros alcanzados[11], y ha sido
ideado por la INTEL y es producido ahora por IBM, UNISYS, Hewlett
Packard y Sun Microsystems, todas empresas estadounidenses.

Las dos empresas líderes en software son Microsoft
Systems e IBM. La primera controla el llamado sistema
operativo, de uso universal y obligado y que constituye una
especie de equivalente general en al campo de la
electroinformática. IBM se encuentra en la frontera del
desarrollo de los sistemas de CAD-CAE[12] y la
inteligencia
artificial. Este liderazgo se mantiene en las redes de comunicación
de datos con Novell y la
disputa en todo caso se encuentra ubicada entre Novell, IBM y
General Motors.

Si bien el desarrollo del equipo continúa, las mayores
expectativas se encuentran actualmente sin duda en el área
del software donde las empresas estadounidenses mantienen una
incuestionable posición de vanguardia.
Esto no demerita de ninguna manera el adelanto de Japón en
la producción de robots, importantísimo por
constituir la máquina herramienta más
versátil y flexible y en la producción de
memorias.

3. b. Producción y control de los
energéticos y materias primas básicos

La reproducción general no puede restringirse a la de
sus áreas de punta. El mantenimiento
de la hegemonía no sólo debe sustentarse en el
desarrollo de actividades de frontera o de vanguardia, sino que
tiene que garantizar la reproducción global de la
estructura productiva. En este caso, los medios de
producción son renovados de acuerdo al ritmo de la
innovación
tecnológica o mantienen una secuencia regular pero de
más largo plazo. Los elementos cotidianos de esta
reproducción material están fundamentalmente en las
materias primas minerales y
químicas y los energéticos.

En el área de materias primas tenemos una extensa
variedad pero los minerales básicos conforman el esqueleto
metálico del edificio productivo y son la base de la
producción de medios de producción y por eso se
convierten en estratégicos. Entre ellos el acero por
supuesto ocupa el lugar primordial y una serie de metales de uso
cotidiano y masivo lo acompañan[13]. La
suficiencia en este terreno, en principio, está
determinada por una distribución natural de los yacimientos y,
por tanto, implica una disputa geográfica que puede ser
procesada de muy diferentes maneras.

En lo que concierne a este grupo de
productos, la hegemonía no se procesa acudiendo
sólo a mecanismos económicos. En muchas ocasiones
es la fuerza militar
la que garantiza el acceso a los yacimientos, en otras ocasiones
se promueven revoluciones o golpes de estado y en otras
más se utiliza el bloqueo económico o la presión de
la deuda. En todo esto no nos detendremos aquí.

Efectivamente estos productos constituyen la infraestructura
de toda la producción capitalista, no obstante su
importancia varía de acuerdo al grado de desarrollo de las
fuerzas productivas y a la extensión de la
industrialización. Una de las maneras de medir la solidez
o envergadura del desarrollo industrial de una nación
consiste en evaluar la cantidad y calidad de materias
primas  básicas y energéticas que emplea.
Muchas de estas materias primas son obtenidas de la naturaleza,
otras son sintetizadas químicamente. Así, los dos
renglones fundamentales son los minerales metálicos y los
químicos básicos, de origen orgánico o
inorgánico. El
petróleo, como se sabe, es a la vez energético
y materia prima
esencial de la química
orgánica, de ahí su importancia particular.

Uno de los espacios mejor dotados del planeta en los tres
campos señalados era la URSS. Esto constituía uno
de los pilares de su fuerza y le permitió, a pesar de las
diferencias en el desarrollo industrial, hacer frente durante un
largo periodo al embate de los países capitalistas
occidentales. Su disgregación es, en parte, producto de la
necesidad de incorporar estos productos al mercado mundial
capitalista y de contrarrestar su fuerza económica.

En una síntesis
muy apretada se puede confirmar que Europa occidental y
Japón tienen una situación mucho más
vulnerable que Estados Unidos. Este último cuenta con
yacimientos propios de buena parte de los productos
básicos incluido el petróleo y tiene una industria
química de primera línea. Además de ello, su
ventaja militar y las amplias redes de producción que han
desplegado sus empresas en el mundo, le han valido para
apropiarse los recursos
mundiales mientras conserva sus yacimientos en calidad de
reservas. Las empresas líderes en comercialización y refinación de
petróleo,
con 45 % de las ventas
mundiales y 50 % de las ganancias, son estadounidenses; de los 8
productos básicos de la industria química, que
tradicionalmente había sido un área de desarrollo
de los capitales europeos, en 2 ocupan el primer lugar en
producción y en 4 más el
segundo[14].

En el campo de los energéticos es necesario considerar,
además de las reservas petroleras y de carbón que
hay en la Tierra, las
fuentes
alternativas. En este terreno las investigaciones
sobre energía
solar parecen ser las más promisorias, después
de los problemas
generados por la energía
nuclear. El uso de la energía solar como recurso
energético general se presenta como una posibilidad de
superar los límites en las reservas petroleras actuales
pero también como una alternativa desmonopolizadora, es
decir, en la medida en que la tecnología de
captación es relativamente sencilla, su acaparamiento se
vuelve más difícil. Esta es una de las razones por
las que el Estado y las empresas estadounidenses han insistido en
la necesidad de efectuar la captación de energía en
la estratósfera. Esta es una manera de mantener la
primacía y colocarse nuevamente en una posición
privilegiada, ya que por el momento son los únicos con la
tecnología y los recursos necesarios para una tarea de
semejante envergadura.

En el caso de los minerales metálicos, el
acero[15] forma su columna vertebral y constituye
el punto de referencia en torno al que se ubican la
mayoría de los metales. La producción de aceros es
muy diversificada y los hay casi para todos usos, desde el
más vulgar hasta los aceros especiales que se utilizan en
la industria aeroespacial. Es decir, parte de ellos se colocan ya
dentro de la producción de materiales avanzados. El
principal productor de acero en el mundo era la URSS, seguida por
Japón y Estados Unidos, estos últimos con el 13.7 y
11.2 % respectivamente. Es muy difícil medir la calidad
del acero fabricado pero lo que sí se sabe es que los
aceros especiales no son producidos en el tercer mundo. Su
desarrollo ha respondido a los requerimientos de ramas ubicadas
en los países industrializados y ni siquiera en todos. La
industria militar, la aeroespacial, la de comunicaciones y la
microelectrónica han sido el motor de la creación
de muchos de estos nuevos materiales, de manera que su
producción está localizada justamente en las
áreas de desarrollo de estas industrias.
Dentro de los metales se identifican principalmente 10 como
básicos[16], esto es, relacionados con la
reproducción material masiva y cuatro especiales,
vinculados a la producción de nuevos
materiales[17]. En ninguno de estos metales
Japón es autosuficiente, ni siquiera en hierro siendo
el principal productor de acero después de la URSS. Europa
occidental se encuentra en una posición intermedia pero
todavía muy vulnerable y Estados Unidos es autosuficiente
en varios de estos metales, aunque no en los 4
especiales[18]. La mayor parte de las reservas
mundiales se encuentra en Africa, URSS,
Australia, Canadá, China India y
Brasil, aunque
en Cuba
está el 31 % del cobalto mundial y 35 % del
níquel[19]. De acuerdo a esta
distribución no es sencillo prever el destino de los
recursos pero, tomando en cuenta el poderío
militar y las relaciones establecidas por Estados Unidos con
estas regiones es posible aventurarse a plantear el mantenimiento
de su supremacía.

3. c. Reproducción de la fuerza de trabajo y
ejército internacional de reserva

En el campo de la reproducción del sujeto de la
producción, de la fuerza de trabajo, hemos considerado
como elementos básicos a los alimentos y a la
movilidad de sus contingentes. Es decir, por un lado los
nutrientes que mantienen en condiciones explotables al
trabajador, pero, por otro lado, su disponibilidad en el mercado,
justo ahí donde se está realizando la
producción.

Los alimentos han sido una de las áreas de mayor
intervención del capital, adecuándolos
constantemente a las necesidades de la producción. Se ha
pasado de la alimentación natural
a la fast food con fuerte contenido químico. Los alimentos
semisintéticos o sintéticos han sustituido las
bases alimenticias de antaño y han propiciado una
correspondencia entre la intensidad creciente del trabajo y las
necesidades energéticas del trabajador, mucho más
que las nutricionales. Sin embargo la base de los alimentos
siguen siendo los cereales y, en general, la producción
agrícola, ya que incluso la carne es un producto derivado
de la agricultura.

En los últimos 50 años se ha sustituido la
fuente primaria de alimentación por fuentes secundarias.
El cereal que era consumido directamente, ahora se consume bajo
la forma de lácteos y
carnes, a pesar del desarrollo de una corriente de agricultores
que revaloriza los cultivos orgánicos y el consumo
directo de cereales y productos del campo[20]. Los
patrones alimenticios regionales, tan ancestrales como las
culturas asentadas, han tendido hacia una homogeneización
alrededor del patrón occidental establecido por el
capitalismo[21]. Si esto ha beneficiado a la
producción en general por el abaratamiento de la fuerza de
trabajo y su adecuación a una explotación
más intensiva, las beneficiarias directas han sido las
trasnacionales de la alimentación. Entre éstas se
cuentan en primer lugar las estadounidenses con el 51 % de las
ventas y el 59 % de las ganancias; en segundo lugar las europeas
con 35 % en los dos rubros. La participación de
Japón es muy reducida pues sólo detenta el 2 % de
las ganancias pero en términos de ventas ocupa el 8 %.

La agricultura más eficiente mundialmente es nuevamente
la de los estadounidenses como ha sido demostrado en los debates
contemporáneos sobre el GATT, a pesar de que Europa
y la URSS tienen amplias extensiones y experiencias en ese
rubro.

La supremacía en el campo de los alimentos es
especialmente importante porque indica también el
contenido material de la reproducción de la población. La vanguardia en este sentido,
conforma un doble privilegio.

La reproducción de la fuerza de trabajo contempla una
diversidad de aspectos que no pueden ser circunscritos a la
alimentación, aunque éste es el fundamental. Las
diferentes culturas indican dinámicas distintas y
contenidos distintos de la fuerza de trabajo. Sin embargo, para
el capital esta diversidad resulta interesante ya que permite
mantener las discrepancias entre diferentes contingentes obreros
y una posición de negociación favorable.

El grado alcanzado por el desarrollo de las fuerzas
productivas en el capitalismo y
la internacionalización de los procesos productivos, si
bien mantiene los espacios nacionales requiere de una
flexibilización de las mismas e impone a la fuerza de
trabajo las condiciones de movilización del capital.

El ejército industrial de reserva, que es el soporte de
la expansión capitalista, se construye en parte con la
movilidad del capital, en parte con el establecimiento de
condiciones generales de reproducción como en el caso de
las inducidas por la alimentación, y con el desplazamiento
y desarraigo de los trabajadores. Las migraciones internacionales
de fuerza de trabajo constituyen una palanca fundamental para el
desarrollo de la acumulación de capital y permiten
expulsar los costos del progreso hacia el mundo del atraso.
Asimismo, la posibilidad de mover contingentes de fuerza de
trabajo de acuerdo a la dinámica y requerimientos de la
acumulación permite establecer relaciones más
flexibles con la clase obrera y
mantenerla en condiciones de subordinación.

Las más importantes migraciones de fuerza de trabajo se
concentran en el territorio estadounidense. Si bien Japón
cuenta con una fuerza de trabajo calificada y disciplinada de
toda la Cuenca y Europa recurre a la población africana y
de Asia central para
cubrir sus necesidades de fuerza de trabajo, Estados Unidos, sea
por el cosmopolitismo de sus capitales, sea porque es polo de
atracción para la fuerza de trabajo de todo el mundo,
logra reunir las mejores condiciones.

El territorio estadounidense es un mosaico que permite el
enfrentamiento entre las diferentes etnias, pero también
la flexibilidad de contar con una fuerza de trabajo con todas las
destrezas. El ejército industrial de reserva para Estados
Unidos es efectivamente mundial, mientras que los de las otras
regiones son amplios pero locales. Esto otorga una ventaja
indudable a Estados Unidos en términos de cantidad y
ajuste de flujos pero, sobre todo, de calidad. Todos los tipos y
niveles del ejército proletario mundial están a su
alcance.

Con este apresurado resumen he querido proponer una vía
de análisis sobre los elementos que determinan la
supremacía mundial en el terreno de lo económico,
lo que por supuesto no agota la discusión en torno a la
hegemonía sino que solamente le aporta un granito de
arena.

 

 

 

 

Autor:

Ana Esther Ceceña

servidor.unam.mx

Economista.

Investigadora en el Instituto de Investigaciones
Económicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México.

Miembro del Grupo de Trabajo Economía
Internacional
(CLACSO)

[1] El concepto
proviene originalmente de la teoría militar en donde designa la
capacidad de liderazgo del jefe del ejército. De
ahí pasa a la teoría política, expresándose en dos
corrientes distintas. En el caso de los estructuralistas,
ampliamente desarrollado por Nicos Poulantzas, la
hegemonía se refiere a la dominación
ideológica o la capacidad para ejercerla; en la
vertiente de Antonio
Gramsci, en cambio, denota la capacidad de convencer, de
establecer consensos y de generalizar la propia
concepción del mundo, concepción que emana o
que se construye justamente en el proceso de trabajo.
Simultáneamente al desarrollo del concepto en la
ciencia
política, empieza a ser introducido en el
análisis económico donde se emplea, sobre todo,
para denotar situaciones de dominación, de fuerza o de
poder, fundadas en la superioridad tecnológica. En los
estudios sobre competitividad el término alude a la
superioridad tecnológica, en los estudios sobre
imperialismo el concepto se enriquece
abarcando consideraciones en torno a la fuerza militar, a las
estrategias publicitarias, a las fuentes de
financiamiento, etc. Aun así, se mantiene como un
concepto impreciso.

[2] La hegemonía en general incluye
cuatro aspectos: lo económico en términos de la
masa y tasa del desarrollo de las fuerzas productivas; lo
reproductivo como medio para determinar el contenido
específico de la fuerza de trabajo; lo militar como
elemento sancionador de jerarquías y promotor de la
monopolización de los recursos mundiales; y lo
geográfico como base territorial de soporte de las
fuerzas productivas. Una versión desarrollada de este
punto es expuesta en Ana Esther Ceceña y Andrés
Barreda (coord), Producción estratégica y
hegemonía mundial, México, Siglo XXI, en
prensa.

[3] John Holloway tiene un planteamiento
muy sugerente en este campo, con base en la diferencia que
existe entre la universalidad del capital y la necesaria
delimitación territorial del estado en tanto elemento
de coerción social. El estado no es una estructura
sino una forma de relaciones sociales, un momento de la
totalidad capitalista. El capital en cambio es por naturaleza
universal, capaz de valorizarse en cualquier espacio
geográfico. Esta idea se encuentra desarrollada en "Un
capital: muchos estados", Arzuaga y Holloway (coords),
Dinero global y estado nacional, ed. Coyoacán,
México, en prensa.

[4] A partir de este momento cuando
hablemos de hegemonía nos estaremos refiriendo siempre
a la hegemonía económica, salvo que sea
especificado lo contrario.

[5] Subordinación del valor de
uso al valor, del proceso de trabajo al proceso de
valorización y toda la cadena de determinaciones
implícitas en ello.

[6] Como se sabe la informática se
desarrolla mucho tiempo
antes que la microelectrónica pero su desarrollo y
aplicaciones son muy restringidos hasta el advenimiento de la
miniaturización y ampliación de capacidades que
conlleva la microelectrónica.

[7] Nosotros llamamos a esta
tecnología electroinformática,
justamente para enfatizar la indisociabilidad de sus dos
campos de desarrollo.

[8] Esta es una discusión imposible
de abordar en el marco de esta ponencia, pero su tratamiento
más detenido puede ser encontrado en Ceceña y
Barreda, 1994. Las consideraciones hechas en torno a los
mejor conocidos como hardware y software
comprenden, en líneas generales, a sus aplicaciones en
sistemas de telecomunicación y en sistemas de
producción automáticos.

[9] Computer aided manufacturing y computer
aided design, respectivamente.

[10] Joint venture entre Corning Glass
(estadounidense) y Siemens (alemana).

[11] El procesamiento en paralelo permite a
la máquina trabajar en la resolución de un
problema desdoblando sus partes y construyendo soluciones
alternativas. Esto aumenta enormemente la velocidad
ya que hasta ahora el problema se resolvía paso por
paso.

[12] Computer aided engineering.

[13] Los más importantes son plomo,
zinc, aluminio,
cobre,
estaño, níquel, titanio,
molibdeno, magnesio, tungsteno, cromo, manganeso, platino y
cobalto. Los últimos 4 no son de uso masivo sino
específico.

[14] Estos productos, indicando la empresa y
el lugar que ocupa son: amoniaco (Chevron 2), cloro (Dow
Chemical 1), ácido fosfórico (Freeport 3),
etileno (Dow Chemical 2), propileno (Exxon 3), benceno (Dow
Chemical 2), butadieno (Exxon 2), xilenos-p (Amoco 1). En
otros 8 importantes productos derivados las empresas
estadounidenses son principales productoras en 6 y segundo
lugar en uno más.

[15] El acero no es un mineral
metálico sino un producto de la fusión de algunos de ellos. Su base es
el hierro y, de conformidad con las propiedades requeridas,
éste será combinado con algunos otros metales
más.

[16] Níquel, bauxita-aluminio,
hierro, plomo, cobre, magnesio, zinc, titanio, estaño,
molibdeno.

[17] Cobalto, cromo, manganeso y
platino.

[18] Esto ha llevado al Departamento de
Estado a considerarlos como los estratégicos, tomando
en cuenta su importancia para el desarrollo de los nuevos
materiales.

[19] La mayor parte de las reservas de
cobalto se encuentran en Zaire (41 %) y Cuba (31), y el cromo
y el manganeso en Sudáfrica (70 y 45 %
respectivamente).

[20] La agricultura orgánica surge
como respuesta al deterioro de la calidad de la
alimentación por la agregación de fertilizantes
y pesticidas o por procesamientos que la conservan pero
empobrecen su contenido nutricional. Socialmente el problema
de la alimentación semiartificial ha sido considerado
por el paulatino aumento en costos de salud de la
población que va perdiendo el equilibrio, energías y fortaleza que le
daba la alimentación natural. Sin embargo, la
agricultura orgánica no ha logrado desplazar de manera
importante a la que trabaja con agroquímicos, ni
tampoco está muy claro si una evaluación de costo
beneficio podría favorecerla. Esta agricultura es
más cara y requiere de una preparación de la
tierra que
choca con las expectativas de rápidas ganancias que
tiene el capital. Además de eso, su
generalización atenta contra el poder establecido en
la industria alimenticia.

[21] Un estudio detallado de este proceso
se encuentra en Ceceña y Barreda 1994.

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